jueves, 5 de diciembre de 2013

ACOMPAÑAR... DESDE DÓNDE?

Soy Doula… Soy madre… Soy amiga… Soy hija… Soy nieta… Soy pareja… Soy muchas cosas y en cada una soy quien soy. Sé que esto puede parecer absurdo por lo evidente que resulta, pero es un tema que realmente las Doulas hemos de vigilar en nosotras mismas de un modo constante: cómo estamos haciendo las cosas.

La realidad de la profesión actual es que existen 3 asociaciones a nivel nacional que trabajan para la difusión de la figura de la Doula y la definición de la misma, ya que a día de hoy parece estar difusa no sólo para las mujeres, familias y otros profesionales, sino para muchas Doulas en activo. Y esto es lo realmente importante.
Mares Doules, Red Circular de Doulas y la Asociación Española de Doulas constantemente caminan reflexionando y revisando nuestros límites, nuestras aportaciones, nuestra forma de estar, las necesidades de las madres y nuestro espacio en la maternidad. Y es muy difícil en ocasiones que esta revisión y reflexión llegue a todas las Doulas porque no todas estamos asociadas. Pero, pese a esta labor de las asociaciones, el trabajo diario, el constante, es de las Doulas que están acompañando a las madres y familias cada día. Por eso como Doulas nos preguntamos cada día desde dónde estamos, desde dónde acompañamos a esa madre, desde qué estado y qué emociones estamos junto a ella y si estamos limpias, honestas y claras a su lado.

En verdad somos pocas las Doulas que nos dedicamos sólo a acompañar o formar como única tarea. Mayoritariamente las Doulas ejercen otras profesiones que a veces pueden lindar con el acompañamiento: terapeutas, asesoras, vendedoras de diversos artículos de maternidad o relacionados con la misma… Y es difícil separar, pero fundamental.
El acompañamiento ha de hacerse sin nuestras heridas, nuestros miedos, nuestras preferencias, nuestras necesidades y, desde luego, sin nuestros intereses mediando. Sólo así se realiza un acompañamiento. En caso contrario estamos vendiendo, haciendo terapia, asesorando, aconsejando o cualquier otra cosa que nada tiene que ver con la labor de Doula.


La Doula, en ejercicio de la honestidad que será siempre la base de la confianza con las mujeres a quienes acompaña, se revisa y, si encontrase conflicto alguno, será honesta y explicará a la madre lo que sucede siempre brindándole la opción de contactar con alguna otra compañera. No es posible acompañar embarazos, partos, pospartos, duelos, crianzas o lactancias con las nuestras sangrando porque juzgaremos las decisiones de esa madre e influiremos en ellas, dejando entonces de ser Doulas. Por ello el trabajo diario personal de la Doula es tan importante. Porque sólo a través de él sus acompañamientos serán reales, honestos… Solo de este modo las mujeres sentirán libertad y poder para decidir sus caminos junto a su Doula.