viernes, 30 de mayo de 2014

DÍA DE LA DOULA: LA MATERNIDAD Y LAS DOULAS

Hoy es el día de la Doula, aquella profesional que acompaña emocionalmente a la mujer durante su maternidad. Un papel que siempre ha existido, primero mezclado con el de la asistente al parto y posteriormente separándose de él y adecuándose constantemente a las necesidades y peticiones de la maternidad. 

Mucho se ha polemizado sobre estas acompañantes en los últimos tiempos, pero queremos saber la realidad de la Doula en nuestro país y cómo ha evolucionado en los últimos años. Para ello vamos a charlar con Beatriz Fernández, Doula, Formadora de Doulas y Presidenta de la Asociación Española de Doulas, y también de SerDoulas. 



- Bea, desde que has comenzado, en tu experiencia,¿cómo ha cambiado el camino de la maternidad y sus necesidades?

La maternidad es un proceso vital, uno de los más transformadores y fundamentales que podemos vivir. Y, como tal, está lleno de matices porque, además, cada uno lo vivimos de una forma diferente y de distinto modo según en qué momento llegue a nuestra vida. 
Percisamente el hecho de que sea tan importante para nosotras, nuestros bebés y familias y la sociedad en general ha hecho que cada día seamos más conscientes de todo lo que conlleva y nos decidamos más a llevar las riendas del mismo. 

Creo realmente que las necesidades poco han cambiado, pues la esencia sigue siendo la misma en la maternidad. Una madre y un bebé siguen necesitando lo mismo de base, pero sí ha cambiado nuestra forma de enfocarla y vivirla porque somos más conscientes de lo que supone. Y ello nos ha empujado a las madres y los profesionales de la maternidad a replantearnos muchas cosas que se venían haciendo.


- En la evolución de nuestra profesión, ¿las doulas han sabido adaptarse a los cambios de este mundo hiperglobalizado y de los efectos que produce en la sociedad patriarcal?

Este es un tema un tanto polémico y realmente aquí daré mi opinión personal sobre lo que veo y siento en el entorno profesional... No hay un sí o un no absolutos.

En mi opinión, es imposible que un colectivo tan amplio y diverso camine al mismo paso, evidentemente, pero creo realmente que sí hay reacciones rápidas a cada uno de los cambios que vamos sintiendo en la maternidad dentro de esta vorágine de información, globalización y patriarcado oculto. 
Para mi, un claro ejemplo de esta reacción y actualización es el hecho de que las Doulas llevamos años acompañando tratamientos de fertilidad o duelos por pérdidas prenatales y neonatales porque hemos detectado la necesidad, hemos encontrado la realidad de que todo este sistema y toda esta tecnología no dejaban hueco a la vivencia emocional de esos procesos y hemos reaccionado formándonos, informándonos e implicándonos en ello. Dando espacio emocional a las mujeres en esas vivencias, más allá de lo que la sociedad les intenta imponer como mujeres "modernas" y "liberadas".


- ¿Existen muchas diferencias entre las doulas españolas y las doulas de otros países, otras culturas? ¿Por qué crees que en nuestro país no existe un reconocimiento oficial y profesional de la figura de la doula?

Las diferencias entre las Doulas que trabajamos en España y las de otros países son visibles y notables. Y esa es, para mi, otra muestra de la adaptación permanente de las Doulas a la realidad maternal que nos rodea. Es decir, en otros países, debido a la ausencia de un sistema sanitario completo y complejo, un marco legal diferente y de la escasa disponibilidad de Matronas y Comadronas, las Doulas son en muchos casos parteras. En nuestro país esto no es así. 
Para ver las diferencias entre las Doulas de distintos países debemos mirar las diferencias entre las maternidades de cada uno de ellos, pues respondemos a ello. 

Creo realmente que las Doulas hemos de reflexionar profundamente y ejercer autocrítica en muchas cuestiones, y una de ellas es precisamente esa falta de reconocimiento. Posiblemente responda simplemente a que hasta hace relativamente poco, el papel de la Doula no estaba definido y concretado. Esto se está solventando por parte de las Asociaciones nacionales, donde cada día trabajamos para que la profesión adquiera un marco circunscrito a lo que somos y hacemos, evitando confusiones.

 
- ¿Existen muchas doulas en nuestro país? ¿Donde se forman?

Esta es la gran pregunta! Bueno, en realidad la gran pregunta sería cuantas hay, porque a esa sí que no tendría respuesta!
La realidad es que a día de hoy se estima que existen unas 200 Doulas formadas y reconocidas ejerciendo de modo continuado en nuestro país. Dado que muchas Doulas combinan su labor con otras profesiones, es un número significativo. 

Actualmente existen entre 7 y 10 formaciones en España, así que cada Doula elige cual es el programa formativo que le parece más adecuado o más encaja con ella dentro de los disponibles en su zona geográfica. 
La duración de estas formaciones va desde los dos días hasta el año, aunque la realidad es que la formación de la Doula no termina nunca, pues constantemente hemos de permanecer atentas y actualizadas respecto a todos los aspectos de la maternidad. 


- ¿Cuanto de importante es la agrupación, la unión entre ellas, el hacer red? ¿Como una doula puede entrar a formar parte de un colectivo?

Estamos en un punto fundamental para profesión. Un momento en el que hemos de diferenciarnos, definirnos, tomar nuestro espacio real y materializar todas esas ideas y conceptos que hasta ahora explicábamos y debatíamos pero que son la realidad de nuestro día a día. Así que este es el momento de agruparnos y asociarnos. 
Uno de los grandes handicaps de nuestra profesión es el síndrome de la "loba solitaria". Es decir, el hecho de que haya muchos proyectos pequeños y grupos de trabajo que, en lugar de unirse en un espacio común con otros para compartir, aprender, crecer y visibilizar, se aislen del resto. 
Sólo asociaciones fuertes, con socias implicadas no sólo en el trabajo diario, sino en el concepto de unión dentro de la diversidad podrán establecer realmente a nuestra profesión en su sitio. 

En general, las asociaciones a nivel nacional y regional a día de hoy pedimos requisitos de formación y experiencia  para la adhesión, y en algunos casos una entrevista personal o recomendación de otra socia ya activa. 
Las interesadas tienen a su disposición tanto Red Circular de Doulas como la Asociación Española de Doulas, por ejemplo, a nivel nacional. Ambas disponen de espacio online y de medios de contacto, y tienen requisitos similares para las nuevas socias. 


- ¿Que consideras importante a la hora de que una mamá o una pareja escojan a la profesional que las acompañe?¿Qué les dirías?

Es básico que sea una Doula profesional, en el sentido de que sepa actuar como la profesional que es en cada momento. No dejándose llevar por su vivencia, ideas o sentir, sino acompañando el proceso maternal para el que se la llama, pues es el único modo de respetarlo. Y, evidentemente, que la comunicación fluya entre la Doula y la mujer y todos los implicados en el proceso que ésta quiera que estén en contacto con la Doula, pues sin esa comunicación y confianza necesarias, no hay acompañamiento posible. 
Para mi es fundamental también que exista una formación o una experiencia contrastadas de esta Doula que le permita comprender realmente los procesos maternales, así como esa actitud de revisión y reflexión constantes que debería caracterizarnos.  

Si estás eligiendo Doula, siente si es la tuya. Es una más de las cuestiones que decidirás en maternidad, y es sólo tuya la elección. 



Puedes contactar con Bea Fernández en serdoulas@gmail.com o en el 600218964.

jueves, 29 de mayo de 2014

YOGA EN EL EMBARAZO: POR QUÉ Y CÓMO

Cuando una mujer se queda embarazada, muchas son las recomendaciones que se le ofrecen: que se relaje, que haga ejercicio, que se dedique tiempo, que se comunique con su bebé… Que disfrute.
Pero pocas herramientas o disciplinas reúnen todo ello y aportan beneficios a la madre y, a través de ella, también al bebé. Entre estas disciplinas está el Yoga.


Vivi Tilotta es monitora de Yoga especializada en maternidad e infancia desde hace más de 10 años. Todos estos años, toda esta experiencia y la reflexión permanente sobre la misma hacen que cada día ayude a través del Yoga a muchas mujeres, bebés y familias a vivir una maternidad más armoniosa. 


-          Vivi, la pregunta es obligada: ¿por qué especializarte en maternidad e infancia? ¿Qué necesidades especiales tienen esos periodos vitales?

Porque el Yoga es parte de mi vida. En mis embarazos esta disciplina, entre otras, fue de total ayuda y, si es parte de mi, ¿por qué dejarla de practicar en este momento donde dentro de mi todo florece? Fue el mejor momento... Me encanta y disfruto con las madres cada periodo...
Las necesidades son muchas, pero sobre todo poder llevarlo con calma, serenidad y armonía. Poder ser un poco más conscientes de todo el proceso, respirar cada momento, vivir cada minuto antes, durante y después del embarazo y luego disfrutar cada segundo de la infancia... Y el Yoga les ofrece una herramienta estupenda a las madres para ello, a la vez que les facilita el espacio físico y temporal para hacerlo.

 
-         ¿ Qué beneficios físicos aporta en general el Yoga y cuales afectan especialmente a la maternidad?

El Yoga es UNIÓN con el Universo. Somos cada uno de nosotros en conexión con nosotros mismos y el universo. Nosotros somos parte de esa energía, y tenemos que darle luz todos los días practicando!! Es aún mayor esta unión y esta necesidad cuando en nuestro interior hay una extensión de nosotros mismos y del universo, algo que agradecer cada día
Y es lo que nos aporta el Yoga: hacernos mas conscientes del aquí y ahora. De nuestro ser y del pequeño ser que llevamos dentro de nosotras. 
Y, por la parte física, elasticidad, flexibilidad y fuerza tanto muscular como interior y el trabajo de la respiración fundamentalmente. Además de múltiples beneficios para el funcionamiento de nuestros sistemas en general.


-          En el caso de mujeres embarazadas, son ellas quienes practican Yoga pero, ¿qué efectos tiene esa práctica en los bebés?

Pues todo lo que realiza la mama se transmite de alguna manera al bebé bien directamente a través de la placenta o bien de otros modos, a través de sensaciones. Por ejemplo, el hecho de que nosotras nos movamos los bebes se sienten en una montaña rusa muy divertida, jajaja! Sí, para ellos es un juego y ya los preparamos a nivel del equillibrio, esa inseguridad  que pueden sentir siendo movidos, a través de la sensación de paz de la madre se transforma en seguridad para el bebé, ya que esta seguro y cómodo dentro de su mamá. Mientras la mamá está en este estado, él siente a su vez esa seguridad de bienestar, tranquilidad y paz que la madre esta sintiendo. Y esto se prolonga más allá de la clase.


-          ¿Puede cualquier embarazada practicar Yoga? ¿En qué condiciones? ¿Es necesario que sea con algún profesional específico?

Sí, es el momento ideal. Aunque mejor es empezar ya en la preconcepción porque a su vez ayuda a que ese hecho sea mas consciente aún, desde lo mas profundo de su ser, y tener luego continuidad. 
Teniendo en cuenta los trimestres del embarazo, es conveniente si no se ha tenido una practica de esta disciplina comenzar a partir de los tres meses, 12 semanas. De lo contrario, como he dicho anteriormente, continuar sin problema si no hay contraindicaciones médicas que lo desaconsejen, ya que el especialista sabe qué hacer en cada trimestre.
Es necesario que la persona que esté a cargo de la clase esté especializada en maternidad, ya que es imprescindible tener en cuenta las necesidades de cada una de las mamás y de cada trimestre que están pasando, con las especificaciones que esto conlleva.


-          Hasta qué momento pueden las mujeres embarazadas practicar esta disciplina?

Hasta el final, claro!! El último trimestre es fundamental que practiquéis mucho para que la preparación al parto de vuestro cuerpo y vuestra armonía sean mejores.
Muchas mamás consultan esto, y casi que las últimas semanas no quieren seguir. Yo insisto en que continuen desalojando mitos y dejándose sentir, ya que es cortar todo el trabajo que venían realizando y que es beneficioso para ellas y sus bebés. Si todo va en buen tiempo y sin inconvenientes deberían continuar hasta el final. De hecho, las posturas más difíciles se hacen en este trimestre por lo mismo que estoy diciendo. 
El parto es un momento, sí, pero a veces es largo, y se beneficia de la fortaleza, paz y tolerancia con el proceso que la práctica de Yoga nos aporta. Pero, claro, para ello hay que estar conscientes y seguros de la toma de decisión, aunque yo lo sugiero así.
A su vez la otra parte de aportación del YOGA: meditación, respiración y las relajaciones son fundamentales en todo el trimestre, y en las últimas semanas más aún..


-          En tu experiencia, ¿los beneficios del Yoga en mamá y bebé se prolongan durante el posparto? ¿De qué modo?

Claroooo que sí! Los bebés escuchan después mi voz y la mirada lo dice todo, es una experiencia increible recibir a un bebé que ha venido antes a las clases de Yoga dentro de su mamá. Y las mamás se sienten más fuertes y con una recuperación totalmente favorecida por su práctica
Y, a nivel emocional, son mamás normalmente más seguras y conscientes de qué hacer en cada momento, en cuanto al disfrutar, sin preocupación desesperada por el llanto de su bebé. Sabiendo simplemente que es un síntoma del bebé y ofreciendo una respuesta de cariño y comprensión. El contacto y la conexión son diferentes, es algo que se siente...


-          ¿Qué consideras importante a la hora de elegir un centro o un profesional que pueda guiarnos en esta disciplina?

Que tengan esta sensibilidad en respetar ese momento y ofrezcan un acompañamiento constante desde la disciplina del Yoga, comprendiendo realmente la maternidad.


-         ¿ Qué dirías a las mamás que piensan en acudir a clases de Yoga en el embarazo pero nunca han practicado esta disciplina antes?

Que se animen a probar, que se regalen este momento que pueden compartir con sus bebés en total conexión. Que se den tiempo a sentir si no están acostubradas a ello.
Muchas mamás vienen sin conocimiento ninguno, pero ni de Yoga ni de ninguna otra actividad. Y entrar en este mundo, que realmente no es más que entrar en ellas mismas y dejarse llevar por su sentir, a veces piensan que no es para ellas. Por eso es necesario tiempo y escucha.
Esta disciplina aporta todo lo que una mamé en espera de un bebé necesita... Paz, tranquilidad, flexibilidad, fortaleza, seguridad, respirar... Y, lo que a muchas mamás les preocupa: el trabajo del suelo pélvico...

Gracias, Vivi.

Puedes contactar con Vivi en serdoulas@gmail.com para realizarle cualquier consulta o acceder a sus clases.

martes, 27 de mayo de 2014

¿POR NUESTRO BIEN?

Hay una revolución en la maternidad, algo se mueve y es innegable. Las cosas cambian y parece que se recolocan del lado en el que las mujeres y las familias reclamamos que estén con nuestras preguntas, nuestras peticiones y la responsabilidad y consciencia cada vez más completa que estamos tomando de nuestra maternidad.
Personal sanitario, agentes sociales y profesionales diversos de la maternidad navegamos en ese mar cuyas corrientes deberían estar manejadas única y exclusivamente por las necesidades y la libertad de los protagonistas de estas maternidades: cada madre y cada bebé, cada familia. Y así se nos muestra que es, así se nos vende este “nuevo” sistema de atención a la maternidad.

Se nos dice que podemos elegir, que antes se nos dirigía y se nos orientaba a lo que el sistema esperaba de nosotras pero que ya no es así. Se nos dice que antes se nos reprimía en nuestras peticiones cuando no coincidían con la “corriente general” pero que ahora podemos pedir “fuera de protocolo” para crear el nuestro propio. Se nos dice que antes se nos ridiculizaba y se nos trataba con paternalismo restándonos protagonismo y capacidad y libertad de decisión pero que ahora somos libres para decidir y que se nos respeta a nosotras, nuestros bebés y nuestras decisiones como fruto de la reflexión de una persona madura. Se nos dice que antes se nos manipulaba ofreciéndonos informaciones sesgadas pero que ahora toda la información completa se nos está ofreciendo. Se nos “vende” que podemos decidir.

Todo esto se nos muestra como mujeres, como madres… Pero digo, con mucha consciencia, que esto es lo que se nos vende porque realmente en muchas ocasiones todo sigue siendo una pantalla, una mascarada que oculta simplemente un cambio en quien nos intenta manipular, orientar y ocultar información y con qué motivo. Quien desea dirigir nuestro parto y el nacimiento de nuestros bebés hacia algo concreto y no respetar lo que nosotras deseamos en realidad, sino lo que ellos desean para nosotras y nuestros bebés.
Así, nos dicen lo que es bueno o no para nosotras sin información contrastada y avalada que les apoye o tomando ésta de modo sesgado. Atacan opciones sin base científica alguna para hacerlo e incluso en contra de las evidencias contrastadas disponibles. Nos tratan de convencer de que somos fácilmente engañables, de que no sabemos decidir adecuadamente, de que han de “protegernos” de nuestras decisiones porque no son positivas para nosotras y nuestros bebés.

De este modo las cosas, yo me pregunto: ¿En qué se diferencia esta nueva represión, esta nueva forma de dirigirnos, de convencernos de que somos tontas, de la anterior? ¿En qué se diferencia el paternalismo anterior con el nuevo? ¿En qué se diferencia esa información sesgada y orientada intencionadamente hacia una tendencia de la actual? ¿En que las palabras con las que se nos intenta orientar ahora van adornadas de una dulce sonrisa que nos dice que lo hacen para que nos sintamos bien? ¿Acaso por cambiar de un gesto imperativo a uno amable y amoroso el sentido de la manipulación cambia?
Creo que todos estos agentes de cambio: profesionales sanitarios o no, agentes sociales y asociaciones y activistas a favor de la maternidad respetada hemos de reflexionar… Pensar si realmente nuestro hacer está favoreciendo la decisión libre y consciente de la madre, de la familia… O bien intentamos “barrer para casa”, orientando nuestro hacer y decir hacia lo que esperamos o deseamos de la maternidad de esas mujeres… Convertirlas en nuestro estandarte, en nuestro “objetivo a salvar”, en nuestro bebé a quien proteger... Hablamos de mujeres, mujeres adultas, libres y que tienen derecho a tomar las riendas y el poder de su maternidad sin obstáculos disfrazados de buenas intenciones.


Si queremos devolver la maternidad a las mujeres en su plenitud, si queremos respetar de verdad la maternidad de cada una de ellas y que se sientan dueñas plenas de esta vivencia, debemos apartarnos, callar y escuchar, ofrecerles lo que podamos para cubrir sus necesidades y dejar de hacer de la maternidad nuestro “circo”, nuestra palestra donde mostrar egos, frustraciones, miedos, necesidades económicas… Que la maternidad sea sólo eso: maternidad. Con una mamá y un bebé como protagonistas, como debe ser… 

Bea Fernández
Doula especiallizada en Duelo 
y nuevos caminos maternales.
serdoulas@gmail.com

jueves, 22 de mayo de 2014

TODOS LOS PARTOS RESPETADOS. TODOS LOS NACIMIENTOS RESPETADOS

Estamos en la semana mundial del parto y nacimiento respetados y llevamos días leyendo frases sobre el parto, el nacimiento, su importancia para el bebé y la mamá y para la sociedad en la que estamos, qué consideramos un parto respetado, cómo favorecer o entorpecer que se cumpla ese momento de nacimiento y parto respetado y mil cosas más que son reales, tangibles y visibles…
En realidad, escribir algo sobre parto respetado es relativamente fácil porque con simplemente relatar la sarta de cuestiones que se han ido mejorando en los últimos años y las que aún quedan por mejorar tenemos hecha una definición o un escrito realista sobre el parto respetado, el nacimiento digno y cómo ambos elementos han ido cambiando y cómo podrían mejorar dentro de nuestra atención sanitaria o nuestro concepto social.
Pero en casi todas las definiciones, proclamas, felicitaciones, quejas y demás cuestiones plasmadas estos días he echado en falta una cosa: definir qué es el nacimiento. ¿Qué se considera haber sido madre? ¿ Qué se considera haber parido?

Todos esos textos, salvo algunas excepciones, hacen referencia a partos en embarazos a término, con mamás sanas, bebés sanos, posibilidad de elegir un plan de parto con antelación o al menos de pensar en todas las posibilidades e informarse de ellas (o decidir no informarse)… Y, sobre todo, hacen referencia a lo que médicamente se considera un parto. Es decir, a bebés cerca ya de su fecha de nacimiento prevista. Y quizás por ello llevo semanas intentando escribir algo sobre el parto respetado y no lo he conseguido hasta ahora, que he visto la pieza que faltaba.
Y es que existen (existimos) otras madres, otros partos y otros nacimientos. Aquellas madres que nunca acunarán a sus bebés, ni tendrán oportunidad de pedir que les dejen hacer piel con piel con ellos para favorecer la lactancia o el vínculo. Aquellas madres que nunca podrán elegir si quieren o no epidural o en qué postura parir. Aquellas madres que no podrán decidir si a sus pequeños les aplican profilaxis ocular o no. Las madres que no podrán decidir si el cordón umbilical de su bebé deja de latir antes de ser cortado. Las madres que no tendrán nada de todo esto porque su parto no se considera parto y su bebé no se considera tampoco como tal.

Como madre he vivido y como Doula he acompañado este tipo de nacimientos, este tipo de partos. Con sus
pródromos, su dilatación, sus contracciones, su expulsivo y su alumbramiento… Todo como en uno de esos partos respetados de los que tanto hablamos esta semana. Y con su posparto… Con ese posparto inesperado, vacío y extraño.
He visto y he sentido cada una de las fases, cada subida y bajada hormonal, cada punzada de dolor físico acompañada de ese inmenso dolor del alma. Las mamás que deciden parir a sus bebés, que alguien les habla de la opción que tienen de hacerlo, de cómo pueden elegir incluso en la situación más terrible que puedan imaginar: la pérdida de su bebé.

Porque esas mamás también pueden elegir, porque pueden someterse a cirugía, inducir o simplemente esperar a que su parto, el de ese bebé diminuto que para el resto del mundo quizás nunca tenga presencia ni nombre, se produzca con el asesoramiento de su Matrona o Ginecóloco. En la intimidad de su casa o en el hospital, con la compañía de su familia o también de una Doula. Pudiendo ver y tocar y enterrar incluso a su bebé, o decidiendo no hacerlo… Viviendo su espacio, su tiempo para ella, su bebé, su familia, dentro de esa situación que ni esperaban ni deseaban, pero al menos sintiendo que ese momento es suyo. Que aunque sea en poco, podrá elegir algo. Aunque no sea en lo que a ella le gustaría, pero podrá elegir cómo vivirlo, cómo recibir a ese bebé que no seguirá en sus brazos pero sí en su corazón para siempre.
Y su llegada, el cómo lo recibirá, también se quedará con ella y con su familia. Será uno de los pocos recuerdos “tangibles” que quizás tengan de ese pequeño. Así que sí, felicitémonos por los avances, miremos adelante para seguir mejorando, sintamos que vamos por el camino adecuado… Pero hagamos todo eso para todos los partos y todos los nacimientos, desde los de los pequeños a término de gestación sanos, pasando por los pequeños que se despiden poco antes de nacer y también aquellos que llegan y se van tan pronto, que apenas queda huella en el mundo de ellos, salvo la más profunda y definitiva que dejan en el corazón de quienes les amaron hasta el último aliento.

Avancemos hacia un parto y nacimiento respetados para todas las madres y todos los bebés. Avancemos hacia una sociedad mejor.

Bea Fernández
Doula especiallizada en Duelo 
y nuevos caminos maternales.
serdoulas@gmail.com