lunes, 21 de septiembre de 2015

LAS DOULAS Y LA MATERNIDAD EN SUIZA: XIMENA SILVA

Las Doulas existen en todo el mundo, en cada lugar con unos matices adaptados a las realidades sociales, asistenciales y culturales de la maternidad, pero siempre desde un mismo objetivo: acompañar los procesos maternales. 

Hoy hemos querido hablar con una Doula que trabaja en un lugar cercano y lejano a la vez para ver la riqueza de estos matices. Hablamos con Ximena Silva, Doula en Suiza, sobre su experiencia, y la realidad de la maternidad y la de las Doulas en ese país. 



- ¿Ximena, cómo se vive la maternidad en Suiza?
Llegamos a Suiza hace cuatro años después de vivir 10 en Madrid (tanto mi pareja como yo somos chilenos) y para mi ha sido un mundo diferente; en España trabajábamos los dos al 100% y aquí por el nivel de ingresos perfectamente puede trabajar solo uno sin ser un desastre para la econonomía familiar. Con esto no digo que todas las mujeres se quedan en casa mientras el hombre va a trabajar, sino que cada familia encuentra su equilibrio. Hay familias en que los dos trabajan y para eso tienen que pagar una guardería, que son bastante caras (mas o menos 2,500€ al mes), o trabajan por porcentaje, por ejemplo la madre al 60%, es decir tres días y el padre al 80%, es decir cuatro días, así pagan solo dos días de guardería. El colegio es obligatorio a partir de los 5 años y van apenas unas horas al dia (de 9 a 12) con lo cual, la escolarización sigue exigiendo una atención continua de parte de los padres o cuidadores.

En cuanto a los partos, están pagados por el seguro ya sean en hospital, casa de partos o en casa. Además el seguro incluye tres consultas a la IBCLC o asesora de lactancia, más 10 días de visitas de la matrona, es decir, si sales por ejemplo de alta al tercer día del hospital, tienes otros siete días de visita de la matrona que se pactan con ella en cierto periodo de tiempo. En general la lactancia materna suele ser lo normal, pero hasta los seis meses y son pocos los casos que siguen más allá. Por el apoyo de parte del personal médico, hay pocas mamás que tengan problemas específicos de lactancia. A modo de ejemplo, a nuestros grupos de apoyo vienen mamás que no tienen problemas puntuales, pero sienten la pertenencia a un grupo con su idioma, cultura e ideas similares.


- ¿Cómo definirías una doula en Suiza?
La doula es una mujer con una experiencia personal en partos*, que ha hecho una formación específica para acompañar a parejas durante el embarazo, parto y postparto. No es personal médico, por lo que no prescribe tratamientos ni medicamentos, así como no toma decisiones durante el proceso. Ella está allí para acompañar a la pareja en el camino que ellos elijan para ejercer su paternidad. Una doula no responde preguntas, mas bien acompaña a la pareja a encontrar las respuestas que necesitan.
(*en la Suiza alemana es así, entiendo que para hacer la formación francesa no es necesario tener una experiencia personal en partos)

doula en suiza

- ¿Cómo llegaste a conocer la figura de la Doula y a decidir ser una de ellas?
Oí hablar de ellas en los grupos de apoyo a la lactancia. Cuando me formé como asesora y había una compañera que era Doula. Me pareció una labor fascinante. Además, como monitora de La Liga de la Leche, sé lo importante que es encontrar alguien que te acompañe en el camino de la maternidad, sin juzgar, ni guiar, ni decidir por tí.

Al llegar a Suiza hace cuatro años, me tocó aprender el idioma, "reinventarme" profesionalmente y aproveché la oportunidad para estudiar algo diferente. Fui a informarme sobre la formación de doula y no dudé ni un minuto que era lo mio.



- ¿Qué presencia tienen las Doulas en Suiza a nivel social? ¿Son conocidas y reconocidas?
Es una figura emergente y cada día nos hacemos mas conocidas. En general, quienes conocen la labor de las Doulas suelen ser muy respetuosos y agradecidos con ellas. En cuanto al personal sanitario, he tenido la suerte de trabajar con matronas y médicos muy generosos, de los que he aprendido muchísimo.


- ¿Qué formación reciben las Doulas en Suiza?
La mayoría hemos cursado una formación reglada que pertenece a la EB Zürich, que dura un año. Aparte de la asistencia y realización de los trabajos, es muy importante hacer cursos paralelos en temas que nos interesen, así como dos acompañamientos para poder titularnos. Al recibir el título de la formación oficial, tienes derecho a pertenecer a la Asociación de Doulas de Suiza (doula.ch), compuesta por más de 150 doulas, que a su vez nos ofrece presencia en su web, formación continua y los seguros necesarios para ejercer.

Todas las doulas de Suiza nos reunimos una vez al año y por regiones cada tres meses. Organizamos continuamente actividades como cursos, películas, cenas, con la idea de intercambiar experiencias. Por ejemplo estamos desarrollando ahora un servicio de Doula 24/7 donde si alguien necesita urgentemente una doula, nos escribe a ese grupo y la que esté disponible contacta con la pareja.



- ¿Hay tarifas estandarizadas o mínimos y máximos aproximados en cuanto al precio de una Doula en Suiza?
En la web de la asociación dice entre 700 y 900 euros. Esta tarifa incluye dos reuniones antes del parto, un mes de guardia en torno el parto (dos semanas antes y dos después de la fecha probable de parto) y dos reuniones después del parto. Ahora lo que cada doula cobra depende de los servicios que ella ofrece. Por ejemplo, si está en formación puede incluso acompañar gratis, pero si tiene una gran experiencia y es además monitora, por decir algo, de yoga o de parto hipnótico, cobrará más.

Algunas doulas ofrecemos también el servicio de postparto que consiste en un paquete de visitas a la familia para acompañarlos en este primer tiempo. Como diseñadora, ofrezco también tarjetas de nacimiento y agradecimiento de regalos, pero no están incluidos en mi tarifa, ni tampoco sujeto a mi contratación como doula.



- ¿Qué tipo de Doula o en qué etapa de la maternidad buscan las familias suizas una Doula?
Si bien aqui lo partos son bastante respetados en los deseos de las madres, las familias buscan una doula que les ofrezca un acompañamiento continuo durante esta etapa. Yo me especializado en familias hispanohablantes: son mujeres que tienen el español como lengua materna y que aunque hablen muy bien el alemán, buscan en el momento del parto no solo una compañía en su idioma, sino también alguien que culturalmente sea más cercano a ellos. He tenido también la oportunidad de trabajar con familias que no hablan español y me han elegido porque se sienten a gusto con la cercanía y la disponibilidad que ofrezco. La mayoría tienen sus expectativas bastante claras y saben que el tener o no una doula no hará que su parto sea mejor o peor, pero si saben que pueden contar conmigo en lo que vaya surgiendo en este camino y esto les da tranquilidad.

Algunos creen que la doula es solo para el parto en casa y la verdad es que creo que la doula es necesaria para la familia, independiente del lugar o del tipo de parto. Honestamente me puedo sentir muy afortunada ya que he tenido muchos partos y todos son una gran oportunidad de aprender; me gusta mucho lo que hago y por eso pongo toda mi energía y cariño en ello.

Como anécdota te puedo contar que mi trabajo final de curso fue "Qué esperan las mujeres hispanohablates que dan a luz en Suiza", para lo que entrevisté a varias mujeres y todas coincidían en que les habría venido muy bien tener a alguien de confianza durante el proceso que además se acercara a ellos culturalmente. Vamos, una doula, aunque no supieran de su existencia.

Ximena Silva
+41 (0)76 424 3451
Doula
www.doulaensuiza.com
Stillberaterin - Asesora  de Lactancia
La Leche League


miércoles, 16 de septiembre de 2015

CUANDO UNA MUJER ENTRA EN URGENCIAS...

Cuando una PERSONA entra en un servicio de urgencias. En este caso, cuando una mujer entra en el servicio de urgencias de ginecología, lo mínimo que debería recibir es RESPETO. Y, si además del RESPETO, recibe una dosis de EMPATÍA, ya sería la bomba.
Una mujer que acude a urgencias con un pronóstico negativo, como lo es la pérdida de un bebé, la interrupción involuntaria de un embarazo o como lo queráis llamar no debería pasar por cierta situaciones JAMÁS. 

Una mujer que llega a una sala de espera de maternidad, RODEADA de mujeres embarazadas felices, radiantes, respirando entre contracciones, mirando a sus parejas entre contracción y contracción con esas miradas de complicidad, de felicidad, acariciándose la tripa con todo el amor del mundo.... No puede ser llamada al control y escuchar palabras tales como: "Si vienes a repetir la beta, mejor te vayas a tu casa y vuelvas mañana, que hay muchas mujeres de parto". 
Ni un "buenas noches", ni un " cómo te encuentras " previos a la indicación en la que parece que lo que se desea es no ser molestad@ por esa mujer que no trae un parto inminente de un bebé a término (más quisiera ella que llegar con esa realidad y no con la que tiene)
Una mujer que va a maternidad a las 12 de la noche o a la 1 o a las 2 de la madrugada (o a la 1 de la tarde, da igual) a sabiendas de cuál es su pronóstico, no lo hace por gusto. No está allí porque se aburra, ni porque no tenga mejores cosas en las que invertir su tiempo. Lo hace, casi con toda probabilidad, con miedo, con angustia, con el corazón encogido en un puño. Lo hace... Porque así se lo indicaron anteriormente en otra visita a urgencias, porque quede constancia en su historia de que ha tenido un aborto, para quedarse lo más " tranquila" posible (todo lo que se puede estar en esos momentos), para confirmar que todo esté "yendo bien" dentro de lo terrible que siente lo que le sucede en esos momentos. 

Y.... ¿Cómo creéis que se puede sentir con un recibimiento así, con unas palabras así, con un trato así? Si, por si eso fuera poco, esa mujer, lo más centrada posible explica que ha ido a urgencias no por la beta (que por cierto dan por hecho que sabe el significado de esta palabra!!!) sino porque tiene una PÉRDIDA, porque lleva todo el día sangrando, porque expulsa coágulos y porque en el anterior informe le piden que si esto ocurre regrese de nuevo, y explica que sólo se queda allí para que la exploren si es ESTRICTAMENTE NECESARIO, porque de no serlo regresa a su casa a seguir llorando, a seguir peleando con uñas y dientes con su dolor, a meterse en la cama y ahogar en lágrimas sus sentimientos, recibe otra respuesta así: 
- "No mujer, pero entonces quédate y te echo un vistazo". (A todo esto, otro ginecólogo entrando e interrumpiendo continuamente) " Quería decir que si era sólo (¡sólo!) para la beta es mejor que vuelvas mañana, pero si me dices que tienes manchado, te exploro. Pero tienes que esperar porque hay muchas mujeres de parto (insiste)" (Interrupción de nuevo) 
La mujer, sintiendo que aquello era una escena de una película absurda y sin sentido, repite con voz frágil que lo sabe, que es consciente de las mujeres de parto que hay porque le tocó venir con 2 de ellas por el pasillo acompañadas de la celadora y porque ella misma las ve en la sala de espera. Por eso, por eso y porque NO PUEDE GESTIONAR SU DOLOR de un aborto frente a la felicidad de aquellas mamás, le dice, una vez más que si se puede ir a su casa, lo hará. Que sólo se queda si es absoluta y estrictamente necesario. 

¿Cómo se puede sentir esa mujer? ¿Qué se le puede pasar por la cabeza? ¿En qué clase de Sistema Sanitario estamos metidos, en el que un Ginecólogo, esa persona supuestamente experta en cómo tratar a una mujer en estos casos, tiene la frialdad de una serpiente? ¿Qué clase de sanitarios, en este caso de Ginecólog@s están formando en las facultades? ¿O en sí mismos? ¿Es, acaso, una forma de evitar sentir dolor? ¿Una forma de alejarse, de no involucrarse en el dolor? 

Quiero pensar que es por ese motivo. Pero es que... Aún poniéndome en ese caso, no me sirve, no es justificable de ninguna manera. ¿Cuando estas personas llegan a su casa y se meten en la cama... tendrán su conciencia tranquila? ¿Serán capaces de pegar ojo, sabiendo la forma en la que tratan a las mujeres? 
Esta respuesta... Tiene mucha miga. Si la respuesta es "sí", es que vivimos en un mundo de locos, de insensibles. En un mundo en el que todo y todos les importamos muy poco y somos un número más. Un número con el que terminar lo antes posible y pasar al siguiente. Como en la cola de la panadería.
Si la respuesta es "no".... Pero no mueven un dedo, no mueven un pelo, no trabajan consigo mismos por ponerse en el pellejo del de enfrente, no trabajan su empatía, su ¡¡HUMANIDAD!!

No sé dónde vamos a ir a parar. Sólo les deseo, a este tipo de "profesionales" que ojalá NUNCA en sus vidas, tengan que pasar por una experiencia así. Que nunca tengan que vivir en sus propias carnes lo que es perder a un hijo. 
Les deseo... Toda la suerte del mundo porque la van a necesitar. Porque confío en que las mujeres que sufran ese mal trato denuncien, pongan voz a sus sentimientos y emociones y esto acabe ya.


Doula

lunes, 7 de septiembre de 2015

EMPODÉRAME, QUE YO NO SÉ

Hace unos años que un término ha entrado en el vocabulario de la maternidad con fuerza, creando largas conversaciones y ríos de tinta sobre él y la consecución de lo que implica, de lo que nos puede aportar: empoderamiento.

Empoderar, según la RAE, es un término usado en los textos de sociología "con el sentido de ‘conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente] para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida’." Quizás, como en ocasiones anteriores, la RAE haya de revisar su definición para actualizarla y adecuarla a la sociedad actual, pero el sentido de esta palabra es básicamente el que esta entidad describe: ceder el poder, favorecer la autogestión para que, a través de ella, alguien que ahora está en situación más débil pase a estar en otra posición mejor. 

Hasta ahí estamos todos conformes; todos estamos de acuerdo en dar el poder a cada individuo para que decida cómo ha de gestionar su vida y, en concreto en nuestro caso, cómo ha de vivir su maternidad y qué decidirá en ella, haciéndose así responsable y propietaria de esa vivencia. 


En aras de este empoderamiento trabajamos muchos profesionales de la maternidad y la salud. Dedicamos nuestro tiempo a aprender y mejorar en nuestro día a día para poder ofrecer informaciones más completas y mejores servicios a las mujeres y familias que deciden acudir a nosotros pero... cómo enfocamos ese empoderamiento? Lo hacemos de modo adecuado?

Cada día encuentro pistas que me llevan a creer que quizás no estamos trabajando del modo que debemos... Se trata de frases, palabras sueltas a veces, tonos en conversaciones o mensajes escritos u orales... muchos mensajes más o menos explícitos que realmente no dejan espacio a la entrega de poder, sino a un conductismo diferente al anterior en cuanto al destino al que nos quieren llevar, pero conductismo al fin.

Quizás, para que se entienda mejor, será bueno que ponga un ejemplo... 

Esta mañana, en la tutoría que ofrecía a una alumna de la formación online para Doulas, hablábamos sobre parto y expectativas. Y entonces llegó. El momento que muchas Doulas hemos vivido. Ese en el que pesa sobre las expectativas que los demás tienen respecto a nosotras la palabra Doula y la imagen que parte de la sociedad tiene de ella. 
A mi alumna (me cuesta llamar así a las Doulas en formación porque para mi son también grandes maestras) ya le habían dicho que, claro, al ser Doula, si tenía otro hijo pariría en casa. Y al responder mi alumna que a día de hoy no se lo planteaban así, su interlocutora se apresuró a juzgar que lo que necesitaba era un "empujoncito" hacia el "buen parto" y le recomendó hablar con esta u otra persona para que se le quitaran "esas cosas de la cabeza".

En toda esta conversación, aparentemente sin importancia, se ve claramente a lo que me refiero con el adoctrinamiento hacia otros lugares diferentes... pero adoctrinamiento al fin.

Dejando a un lado esa imagen falsa de que las Doulas hemos de cumplir el estandar de parir en casa o tener una crianza específica de nuestros hijos, cosa que de por sí es un prejuicio absoluto hecho desde el desconocimiento, me voy a centrar en la segunda parte...

Qué implica decirle a una mujer que si no quiere parir en casa es porque ha de quitarse esto o lo otro de la cabeza? No supone dejar de dar valor a los criterios de esa mujer y, por tanto, dejarla sin poder porque se la considera desinformada o manipulada en la toma de decisiones? 
No es acaso lo mismo que se hace cuando se vulnera la ley de atención al paciente y se ignora el criterio de las mujeres respecto a sus decisiones de parto diciéndoles que sólo el personal sanitario sabe lo que es mejor para ellas?
Para mi sí es lo mismo. Quien hace uno u otro intento de convencer a la mujer lo hace desde la absoluta creencia de que aconseja lo mejor para ella, de que las otras opciones son negativas para ella. Pero... dónde está ahí el poder de la mujer a la hora de decidir? En qué sentido le estamos dando poder alguno a una mujer a quien le decimos de modo más o menos sutil que es incapaz de decidir? 

Claro que hay una serie de evidencias científicas que apoyan un tipo de parto más fisiológico, más natural, menos intervenido pero... acaso damos poder a la mujer tratándola como una pobre marioneta desinformada? Es esta la forma en la que somos conscientes, respetuosos y tratamos de mostrar a las mujeres el poder inmenso y la gran capacidad que tienen? No sería mucho más respetuoso con sus decisiones, su poder y su camino darles la información que poseemos si la desean de modo objetivo y no esperando que cambien sus opciones en modo alguno?

Nos falta mucho camino, me temo... Porque este no es un hecho aislado, es algo que se puede observar con cierta cotidianidad. 
Se ven caras de pena cuando hablas de una u otra intervención en tu parto, mujeres que esconden el hecho de haber elegido esto o lo otro para su parto, lactancia de su bebé o crianza... Por qué lo hacen? Por qué sienten la necesidad de esconderse o incluso de justificarse o mentir ante una decisión que toman? 
No será que en el camino a la maternidad consciente y el empoderamiento nos hemos perdido por senderos que conducen a otro tipo de conductismo y adoctrinamiento? No es tal vez muy fácil caer en ello cuando crees absolutamente en que ese tipo de maternidad, de parto, es el mejor? Claro que sí, puede ser el mejor. Pero el mejor para quién? Para quien ofrece la información o para el total de las mujeres y familias sin tener en cuenta sus circunstancias?
Honestamente, eso no es devolver el poder, eso no es ofrecer el espacio para que la mujer decida libremente y se autogestione. Con este modo de actuar lo que hacemos es trasladarle que ella no puede, no sabe, está atada y manipulada, y por ello nosotros la hemos de ayudar, salvar... la hemos de empoderar... Y, en el camino, quién se empodera? Ellas o nosotros? No es ella quien ha de decidir tomar las riendas, tomar sus decisiones y valorar sus alternativas? No es ella acaso quien ha de empoderarse?

Personalmente no creo que haya un estandar de maternidad bueno para todas las mujeres, ni para todos los bebés. No creo que haya un manual de actuación para una maternidad feliz que indique que si tienes este parto, esta lactancia y esta crianza seréis felices. Creo en el camino individual de cada mujer, en su capacidad de decisión de lo que es mejor para ella y su bebé, en que la información que le llegue la procesará en el momento que sienta que ha de hacerlo, y que solo ella puede identificar. Creo en cada maternidad y paternidad individual, en cada bebé.
Porque ellos pueden, ellos son poderosos, y yo... yo no soy más que una persona que está a su lado, confiando, conteniendo y escuchando lo que desean trasladar.
Y tú? Crees en su poder?


Doula, Formadora y madre.
serdoulasmadrid@gmail.com

martes, 1 de septiembre de 2015

SIN MIEDO SÍ HAY PARAÍSO

Tenía yo planificado no escribir esta semana más post y no sentía la necesidad de hacerlo hasta ayer por la noche. De repente, las redes sociales se encendieron en el mundo de la maternidad informada ante las declaraciones/consejos de una famosa comunicadora/actriz/presentadora/reportera... Profesional de los medios.

En un espacio televisivo de máxima audiencia en el que hablaba de embarazo y maternidad, la susodicha profesional de los medios espetó un consejo/advertencia respecto a los tatuajes en la espalda y el parto ya que, según ella, "sin epidural no hay paraíso". Es decir, que vivir un parto sin epidural, por descarte, es el infierno o, como mínimo, menos positivo, satisfactorio o feliz según se desprende de su consejo.

En un primer momento una puede pensar que cada uno es totalmente libre de dar los consejos que quiera cuando quiera y como quiera pero, claro, es que no estamos hablando de una persona cualquiera, sino de una profesional que debería tener cierta mesura a la hora de dar consejos de salud (sí, la utilización de una epidural es un consejo de salud) y aplicar criterios un poco más profundos que los de la propia experiencia, perfectamente respetable pero absolutamente fuera de lugar a la hora de aconsejar a nadie sobre algo tan importante como la aplicación de una medicación que puede afectar a la salud tanto de mamá como de bebé, así como al transcurso del parto y su finalización como parto natural, intervenido, instrumental o en cesárea.
Porque no, señores, no es lo mismo un parto natural que uno intervenido o una cesárea. Cada uno de ellos tiene sus indicaciones por motivos diversos de salud de madre o bebé que debe valorar e informar para decisión de la mujer el personal sanitario formado y acreditado para ello. Qué significa esto? Que no podemos ir recomendando de ningún modo intervenciones que no son inocuas en absoluto como es la epidural en base a nuestra simple experiencia personal cuando tenemos un púlpito desde el que expresarnos con tanta repercusión como el que tiene este tipo de profesionales.

En todo esto yo veo dos cuestiones clave de las que estas desafortunadas palabras que generan este post son reflejo a mi modo de ver: una es la irresponsabilidad y falta de consciencia que los comunicadores y personajes públicos tienen a la hora de expresarse. Olvidando que el privilegio de poder llegar a grandes cantidades de personas debe ir siempre acompañado de la obligación de hablar con criterio, al menos en temas tan importantes como es la salud de una madre y su bebé.
La segunda es la escasa importancia que damos a las experiencias maternales, a su parte emocional, fisiológica y a las mujeres que las viven, pensando en ellas como pobres víctimas de la naturaleza que están condenadas a sufrir lo indecible para tener hijos en lugar de pensar en una mujer de parto como una persona poderosa, fuerte, inmensamente importante que está haciendo una de las cosas más importantes para nuestra sociedad: darnos futuro.

Y, claro está, no olvidemos ese lenguaje del miedo tan instalado, tan coaccionante, tan amenazador... Ese que nos dice que sufriremos si no nos ponemos la epidural, que tendremos una experiencia de parto de pesadilla, que será insoportable... Señoras y señores, lamento llevarles la contraria, pero la experiencia de parto, la sensación de dolor, la vivencia del nacimiento de nuestros hijos es tan personal que, en contra de su teoría, son cada vez más las madres que viven un parto sin epidural, sin intervenciones, y que lo sienten como una experiencia plena y feliz así que, por favor, quédense su miedo, su amenaza de todo lo malo que nos pasará si no se nos interviene porque el miedo no informa, no aporta objetividad, no permite libertad de elección.
Dejemos de hablar desde el miedo y empecemos a hablar desde la consciencia y la información y objetividad para que las mujeres que decidan usar la epidural o tener cualquier otra intervención en su parto lo hagan informadas de verdad, no manipuladas, condicionadas, asustadas...

Termino ya porque mi intención no es sino reflejar el sentir y pensamiento de muchas personas que ayer nos quedamos atónitas al escuchar tal sinsentido. Pero antes invito a que la autora de esas palabras sobre el paraíso y la epidural visite las bibliotecas Cochrane, de la OMS y otros lugares donde la evidencia científica es la que prima. Sin ir más lejos, le puedo aportar el último artículo que casualmente leía hace unos días sobre la epidural y que la relaciona con posible mayor riesgo de depresión posparto y mayores dificultades en la lactancia. 

sin miedo sí hay paraísoEntiendo a Pilar Rubio, autora de la afirmación sobre la epidural y el paraíso, en la parte personal, ya que quizás ella habla por su experiencia, tal vez condicionada por ese lenguaje de miedo instalado desde hace tanto que ya ni recordamos cuando empezó, pero desde su experiencia... Pero no puedo sino pedir que seamos consecuentes con los lugares en los que aportamos según qué consejos y tratemos de informarnos antes de darlos.

Porque sin miedo sí hay paraíso, Pilar... con miedo no lo hay ni con la mayor dosis de anestesia o analgesia que nos puedan administrar.


Madre, Doula y Mujer.
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Telf: 600218964