martes, 27 de mayo de 2014

¿POR NUESTRO BIEN?

Hay una revolución en la maternidad, algo se mueve y es innegable. Las cosas cambian y parece que se recolocan del lado en el que las mujeres y las familias reclamamos que estén con nuestras preguntas, nuestras peticiones y la responsabilidad y consciencia cada vez más completa que estamos tomando de nuestra maternidad.
Personal sanitario, agentes sociales y profesionales diversos de la maternidad navegamos en ese mar cuyas corrientes deberían estar manejadas única y exclusivamente por las necesidades y la libertad de los protagonistas de estas maternidades: cada madre y cada bebé, cada familia. Y así se nos muestra que es, así se nos vende este “nuevo” sistema de atención a la maternidad.

Se nos dice que podemos elegir, que antes se nos dirigía y se nos orientaba a lo que el sistema esperaba de nosotras pero que ya no es así. Se nos dice que antes se nos reprimía en nuestras peticiones cuando no coincidían con la “corriente general” pero que ahora podemos pedir “fuera de protocolo” para crear el nuestro propio. Se nos dice que antes se nos ridiculizaba y se nos trataba con paternalismo restándonos protagonismo y capacidad y libertad de decisión pero que ahora somos libres para decidir y que se nos respeta a nosotras, nuestros bebés y nuestras decisiones como fruto de la reflexión de una persona madura. Se nos dice que antes se nos manipulaba ofreciéndonos informaciones sesgadas pero que ahora toda la información completa se nos está ofreciendo. Se nos “vende” que podemos decidir.

Todo esto se nos muestra como mujeres, como madres… Pero digo, con mucha consciencia, que esto es lo que se nos vende porque realmente en muchas ocasiones todo sigue siendo una pantalla, una mascarada que oculta simplemente un cambio en quien nos intenta manipular, orientar y ocultar información y con qué motivo. Quien desea dirigir nuestro parto y el nacimiento de nuestros bebés hacia algo concreto y no respetar lo que nosotras deseamos en realidad, sino lo que ellos desean para nosotras y nuestros bebés.
Así, nos dicen lo que es bueno o no para nosotras sin información contrastada y avalada que les apoye o tomando ésta de modo sesgado. Atacan opciones sin base científica alguna para hacerlo e incluso en contra de las evidencias contrastadas disponibles. Nos tratan de convencer de que somos fácilmente engañables, de que no sabemos decidir adecuadamente, de que han de “protegernos” de nuestras decisiones porque no son positivas para nosotras y nuestros bebés.

De este modo las cosas, yo me pregunto: ¿En qué se diferencia esta nueva represión, esta nueva forma de dirigirnos, de convencernos de que somos tontas, de la anterior? ¿En qué se diferencia el paternalismo anterior con el nuevo? ¿En qué se diferencia esa información sesgada y orientada intencionadamente hacia una tendencia de la actual? ¿En que las palabras con las que se nos intenta orientar ahora van adornadas de una dulce sonrisa que nos dice que lo hacen para que nos sintamos bien? ¿Acaso por cambiar de un gesto imperativo a uno amable y amoroso el sentido de la manipulación cambia?
Creo que todos estos agentes de cambio: profesionales sanitarios o no, agentes sociales y asociaciones y activistas a favor de la maternidad respetada hemos de reflexionar… Pensar si realmente nuestro hacer está favoreciendo la decisión libre y consciente de la madre, de la familia… O bien intentamos “barrer para casa”, orientando nuestro hacer y decir hacia lo que esperamos o deseamos de la maternidad de esas mujeres… Convertirlas en nuestro estandarte, en nuestro “objetivo a salvar”, en nuestro bebé a quien proteger... Hablamos de mujeres, mujeres adultas, libres y que tienen derecho a tomar las riendas y el poder de su maternidad sin obstáculos disfrazados de buenas intenciones.


Si queremos devolver la maternidad a las mujeres en su plenitud, si queremos respetar de verdad la maternidad de cada una de ellas y que se sientan dueñas plenas de esta vivencia, debemos apartarnos, callar y escuchar, ofrecerles lo que podamos para cubrir sus necesidades y dejar de hacer de la maternidad nuestro “circo”, nuestra palestra donde mostrar egos, frustraciones, miedos, necesidades económicas… Que la maternidad sea sólo eso: maternidad. Con una mamá y un bebé como protagonistas, como debe ser… 

Bea Fernández
Doula especiallizada en Duelo 
y nuevos caminos maternales.
serdoulas@gmail.com

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