Hay una revolución en la maternidad, algo se mueve y es
innegable. Las cosas cambian y parece que se recolocan del lado en el que las
mujeres y las familias reclamamos que estén con nuestras preguntas, nuestras
peticiones y la responsabilidad y consciencia cada vez más completa que estamos
tomando de nuestra maternidad.
Personal sanitario, agentes sociales y profesionales diversos
de la maternidad navegamos en ese mar cuyas corrientes deberían estar manejadas
única y exclusivamente por las necesidades y la libertad de los protagonistas
de estas maternidades: cada madre y cada bebé, cada familia. Y así se nos
muestra que es, así se nos vende este “nuevo” sistema de atención a la
maternidad.
Se nos dice que podemos elegir, que antes se nos dirigía y se
nos orientaba a lo que el sistema esperaba de nosotras pero que ya no es así.
Se nos dice que antes se nos reprimía en nuestras peticiones cuando no
coincidían con la “corriente general” pero que ahora podemos pedir “fuera de
protocolo” para crear el nuestro propio. Se nos dice que antes se nos
ridiculizaba y se nos trataba con paternalismo restándonos protagonismo y
capacidad y libertad de decisión pero que ahora somos libres para decidir y que
se nos respeta a nosotras, nuestros bebés y nuestras decisiones como fruto de
la reflexión de una persona madura. Se nos dice que antes se nos manipulaba
ofreciéndonos informaciones sesgadas pero que ahora toda la información
completa se nos está ofreciendo. Se nos “vende” que podemos decidir.
Todo esto se nos muestra como mujeres, como madres… Pero
digo, con mucha consciencia, que esto es lo que se nos vende porque realmente
en muchas ocasiones todo sigue siendo una pantalla, una mascarada que oculta
simplemente un cambio en quien nos intenta manipular, orientar y ocultar
información y con qué motivo. Quien desea dirigir nuestro parto y el nacimiento
de nuestros bebés hacia algo concreto y no respetar lo que nosotras deseamos en
realidad, sino lo que ellos desean para nosotras y nuestros bebés.
Así, nos dicen lo que es bueno o no para nosotras sin
información contrastada y avalada que les apoye o tomando ésta de modo sesgado.
Atacan opciones sin base científica alguna para hacerlo e incluso en contra de
las evidencias contrastadas disponibles. Nos tratan de convencer de que somos
fácilmente engañables, de que no sabemos decidir adecuadamente, de que han de
“protegernos” de nuestras decisiones porque no son positivas para nosotras y
nuestros bebés.
De este modo las cosas, yo me pregunto: ¿En qué se
diferencia esta nueva represión, esta nueva forma de dirigirnos, de
convencernos de que somos tontas, de la anterior? ¿En qué se diferencia el
paternalismo anterior con el nuevo? ¿En qué se diferencia esa información
sesgada y orientada intencionadamente hacia una tendencia de la actual? ¿En que
las palabras con las que se nos intenta orientar ahora van adornadas de una
dulce sonrisa que nos dice que lo hacen para que nos sintamos bien? ¿Acaso por
cambiar de un gesto imperativo a uno amable y amoroso el sentido de la
manipulación cambia?
Creo que todos estos agentes de cambio: profesionales
sanitarios o no, agentes sociales y asociaciones y activistas a favor de la
maternidad respetada hemos de reflexionar… Pensar si realmente nuestro hacer
está favoreciendo la decisión libre y consciente de la madre, de la familia… O
bien intentamos “barrer para casa”, orientando nuestro hacer y decir hacia lo
que esperamos o deseamos de la maternidad de esas mujeres… Convertirlas en
nuestro estandarte, en nuestro “objetivo a salvar”, en nuestro bebé a quien
proteger... Hablamos de mujeres, mujeres adultas, libres y que tienen derecho a
tomar las riendas y el poder de su maternidad sin obstáculos disfrazados de
buenas intenciones.
Si queremos devolver la maternidad a las mujeres en su
plenitud, si queremos respetar de verdad la maternidad de cada una de ellas y
que se sientan dueñas plenas de esta vivencia, debemos apartarnos, callar y
escuchar, ofrecerles lo que podamos para cubrir sus necesidades y dejar de
hacer de la maternidad nuestro “circo”, nuestra palestra donde mostrar egos,
frustraciones, miedos, necesidades económicas… Que la maternidad sea sólo eso:
maternidad. Con una mamá y un bebé como protagonistas, como debe ser…
Bea Fernández
Doula especiallizada en Duelo
y nuevos caminos maternales.
serdoulas@gmail.com
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