martes, 23 de septiembre de 2014

DERECHOS DE NUESTROS PEQUEÑOS: CAMINANDO DE LA MANO

Hace muy poco presencié un encendido debate en una de las principales redes sociales en el que se acusaba a los profesionales sanitarios de no tener en cuenta las necesidades emocionales y psicológicas de los bebés ingresados en las UCIs de Neonatología o el estres de las madres y familias que esperaban, mientras luchaban contra el miedo, la recuperación de sus pequeños.
Un par de meses antes una noticia alentadora había saltado a los medios: el Ministerio de Sanidad sacaba a trámite una propuesta para que las madres y padres pudieran estar con sus hijos en las UCIs con mayor libertad y no con horarios que, hasta el día de hoy, suponen que muchas familias hayan de dejar sus puestos de trabajo para poder ver a sus bebés debido a lo restrictivo de las normas horarias de algunas UCIs.

En la Carta de Derechos de los niños hospitalizados del Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, así como lo se refleja a su vez en la carta homóloga de UNICEF, se indica que el niño hospitalizado tiene “derecho a estar acompañado de sus padres o de la persona que los sustituya, el máximo tiempo posible, durante su permanencia en el hospital, no como espectadores pasivos, sino como elementos activos de la vida hospitalaria”.
Igualmente, en las recomendaciones de cuidados desde el nacimiento del Ministerio de Sanidad y Política Social del 2010 se indica sobre la participación de los padres como cuidadores: “probablemente la recuperación de su papel como cuidadores no deba justificarse desde la evidencia científica y deba enfocarse más desde una perspectiva de derechos ciudadanos y de lo que ha sido natural en la especie humana”.

Creo que estas dos afirmaciones son básicas en el conocimiento de los derechos de nuestros pequeños dentro del sistema sanitario y también en la comprensión de nuestro papel real como madres y padres, en la consciencia de cual es la semilla real de ese papel.

Por un lado, hemos de entender que este derecho a estar con nuestros pequeños parte de ellos. Es decir, que ellos son los que tienen derecho a estar acompañados por sus padres. Acompañados en todo momento y para todo procedimiento o tratamiento que así lo permita. Y, por otro lado, hemos de ser conscientes de que este no es un papel de espectadores, sino que hemos de ser parte activa de los cuidados de nuestros bebés, evidentemente en la medida de nuestras posibilidades y sin dificultar el trabajo del personal sanitario que nos asiste.
Porque ahí está la clave... El personal sanitario nos asiste. Cuando un bebé o un niño está en la UCI no sólo tenemos a ese bebé o niño como paciente, sino que debemos asistir a su familia, apoyar a su familia en cada paso que ese bebé dé en ese espacio hospitalario. Ofrecer escucha, información, comprensión y apoyo a estas familias para que puedan vivir su proceso junto a su bebé o niño de la forma más sana posible y para que, a su vez, puedan asumir ese papel de cuidadores que les corresponde por derecho, que les ha sido otorgado por la vida, hasta en los momentos más difíciles que puedan sentir durante la vida de su pequeño. Porque es su hijo el que se encuentra enfermo, quizás el que no sobrevivirá a lo que le sucede. Y así se ha de permitir que lo sientan sus padres: su hijo. Que puedan sentir que le cuidan, que le atienden, que le acompañan, que deciden lo mejor para él como padres... Que son SUS PADRES. Y eso sólo podrán hacerlo si reciben el apoyo y la información adecuados por parte del entorno sanitario.

Imagen de www.bannerhealth.com
Pero todo esto requiere, antes de nada, ser integrado y comprendido por los padres y también por el
personal asistencial de los hospitales. Estas dos "simples" cuestiones que parecen tan difíciles de cumplir se basan seguramente en una "desprogramación" de lo que hasta hace muy poco suponía el sistema de atención sanitario en general, en el que los usuarios entregaban su salud y su bienestar a un personal entrenado para curar sus patologías y mejorar su calidad de vida gracias a ello. Pero, claro, es que en ese sistema se nos olvidaba que el bienestar humano no sólo es cuerpo, sino también una parte fundamental psicológica y emocional.
Decía hace ya 20 años un Oncólogo que conocí que el estado de ánimo tenía casi tanto peso como un tratamiento médico adecuado y que si esta parte no era favorable a la recuperación, la misma se veía entorpecida seriamente e incluso imposibilitada. Y esta relación entre estado de ánimo y patologías es ya sobradamente conocida y está documentada y avalada, entre otras cuestiones, por la relación entre el sistema inmunológico y el estado emocional en cada momento, así como por la relación clara existente entre el contacto piel con piel del bebé con sus padres y su desarrollo óptimo a todos los niveles, tanto físicos como psicológicos y emocionales.

Así pues, creo que es más que evidente que el sistema sanitario no puede obviar la necesidad de la presencia e implicación de los padres en la evolución de sus hijos ni en las unidades UCI ni en ningún otro espacio de la prestación de servicios sanitarios. Pero, siendo muy realistas, tampoco los padres podemos pedir que se nos implique en los cuidados de nuestros bebés en el entorno sanitario y todo se "recoloque" de modo inmediato tras tanto años de oscuridad en este sentido, por mucho que la legalidad nos ampare y no se nos pueda apartar de nuestros bebés durante su asistencia en el entorno sanitario. Como decía antes, creo que se trata de un proceso de desprogramación y en ese proceso se van dando pasos día a día para devolver el espacio que les corresponde (que nos corresponde) a los padres. Pero no sólo se han de dar por parte de los profesionales, sino por parte de la administración, favoreciendo la formación y el apoyo en el proceso de cambio a todos estos profesionales que están presentes de modo continuado en el día a día de los bebés y sus familias y que también tienen una carga emocional importante en el desempeño de su labor.
Y digo que a día de hoy se requiere una desprogramación porque las formaciones sanitarias no iban encaminadas este tipo de asistencia, ni a esta visión de los padres como cuidadores activos, sino como personas ajenas a estos cuidados, a estos espacios de asistencia en los que se encuentran sus hijos. Cuando unos padres entraban en un hospital muy a menudo sentían una suerte de "entrega a los dioses" de la vida de sus hijos, algo en lo que no podían decidir, en lo que sentían que estorbaban... Y en ocasiones esto sucedía por la actitud del personal sanitario, pero en otras por la cultura y la educación que esos padres habían recibido respecto a la asistencia sanitaria.

Afortunadamente, muchos padres van haciendo su propio proceso de borrado de todo eso que se nos había inculcado respecto a nuestra actitud de entrega de la salud a manos ajenas. Y, en paralelo, cada vez más profesionales sanitarios hacen lo propio, creando iniciativas y trabajando desde dentro del sistema para que las cosas cambien. Para que los padres tengan su espacio, el que les corresponde, para mejorar sus herramientas de comunicación en favor no sólo de padres y bebés, sino también de ellos mismos. Cada día más profesionales sanitarios dicen no a ese sistema obsoleto y jerárquico que parecía reinar y que eliminaba a los padres, convirtiéndolos en esos señores que veían dos horas al día a su bebé y que, cuando se lo llevaban a casa tras la estancia en la UCI o llegaban a su casa con los brazos vacíos tras despedirse de su bebé sentían mil emociones en una... Mil contradicciones con las que debían lidiar mientras empezaban a conocer a su bebé o asumían que nunca le conocerían como esperaban.

Creo honestamente que hemos de trabajar por este cambio, que hemos de apoyar a quienes lo están favoreciendo desde todos los espacios: tanto madres y padres como profesionales maternales y sanitarios. Porque sólo todos unidos, caminando todos juntos, conseguiremos avanzar y crear ese nuevo sistema que deseamos. No acusándonos o desconfiando, o sintiéndonos cuestionados, sino caminando juntos.


Bea Fernández
Doula en todas las etapas de la maternidad,
especializada en Duelo y nuevos caminos maternales.
serdoulasmadrid@gmail.com
http://serdoulas.blogspot.com.es/

1 comentario:

  1. Gracias, David. Sólo esperamos que sirva para ofrecer algún punto de vista que ayude.
    Un saludo!

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