lunes, 3 de noviembre de 2014

LA DOULA: PROFESIONAL DEDICADO AL ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL EN LA MATERNIDAD


Mucho se habla de las Doulas, mi profesión. Mucho se comenta, se malinforma, se confunde, se informa a medias o se saca de contexto... Y mucho es el daño que se hace una profesión que, pese a quien pese, es más antigüa que muchas de las que llevan ya años reconocidas y reguladas, pero que es ahora cuando en nuestro país se intenta encajar bajo unas líneas concretas y definidas para que podamos ser no sólo una realidad en la sociedad, sino también ante cualquier estamento público y podamos seguir creciendo, acreditando nuestra labor y formación, y definiendo de un modo formal en todos los aspectos. 

Las Doulas somos tan viejas como la maternidad. Llegamos al tiempo que ésta, junto con las Parteras, quienes ahora en muchos países son sustituidas por profesional sanitario cualificado y especializado (Matronas) y en otros trabajan de su mano en muchas ocasiones. Y la maternidad es tan vieja como la propia humanidad, de eso no tenemos duda. 

Las Doulas siempre han estado al lado de la mujer en su maternidad, siempre han ofrecido su mano, su comprensión de los procesos maternales y sus emociones. Han permanecido ofreciendo su escucha sin respuestas. Porque las Doulas no ofrecemos respuestas... Confiamos en la maternidad, en la mujer, en el bebé, y en sus caminos. En que encontrarán sus respuestas. Y si nosotras diéramos respuesta... ¿de quién sería esta respuesta?

Las Doulas conocemos los caminos maternales y las implicaciones emocionales de los mismos, pero no indicamos a las mujeres qué caminos tomar o cómo vivir los que han elegido. Ni siquiera les decimos las herramientas a utilizar para alcanzar sus objetivos, pese a conocer muchas herramientas. Sino que ponemos las posibles en la mesa sin esperar siquiera que ninguna sea elegida por las mujeres. 

Las Doulas no trabajamos por una mejor, más natural o más feliz maternidad, sino que nuestra función es estar al lado de cada una de las maternidades que acompañamos, sin esperar que la mujer elija lo que creemos que será mejor para ella porque no creemos que nada en concreto sea mejor para ella, ya que sabemos que sólo ella debe valorar eso, sino que estamos a su lado mientras vive y decide... o decide no hacerlo. 

Las Doulas no tenemos un objetivo propio en las maternidades que acompañamos, sino que acompañamos el fluir de esa maternidad como se produzca, con sus cambios, con sus momentos hermosos, dolorosos, de dudas, de miedos, de plenitud... Ni siquiera tenemos como objetivo el que en un origen nos transmita la mujer como propio, ya que éste puede cambiar a lo largo del acompañamiento... 

Nuestro objetivo es estar de ese modo, sin esperar, sin desear, sin proyectar nuestros miedos, vivencias, expectativas sobre la maternidad en general o sobre la de la mujer a quien acompañamos en particular, sin volcar nuestra visión de la maternidad, sin valorar como positivas o negativas las vivencias... Todo ello mientras a quien acompañamos desee que estemos, porque tampoco esperamos estar a su lado más o menos tiempo. 

Entonces... ¿es esto lo que tenemos en común o nos diferencia del resto de las personas que están junto a la maternidad?


Cada persona que está junto a la maternidad tiene una función, un papel... Y es fácil que se confundan cuando alguno de ellos parece menos delimitado y... ¿hay algo menos delimitado que el acompañar la parte emocional?

La base de las Parteras y Matronas es el bienestar de la salud de mamá y bebé en base a los conocimientos fisiológicos, emocionales y psicológicos que tienen sobre la maternidad, así como la prevención y tratamiento de cualquier imprevisto que pueda alterar ese bienestar, por lo que en un momento dado la parte emocional puede quedar anulada en favor de esa prioridad básica. Así que, en ese sentido, ellas no pueden garantizar un acompañamiento integral a nivel emocional a la maternidad. Y muchas lo saben y por ello trabajan en equipo con Doulas. 

La base de Terapeutas, Coach y otros profesionales es que la mujer consiga el objetivo que se ha marcado, y ofrecerle herramientas para que así sea (sea este objetivo sentirse mejor, conectar mejor con su maternidad, tratar alguna patología o mejorar su bienestar), y por ello, al establecerse un objetivo, el acompañamiento emocional queda también supeditado a los pasos considerados como necesarios para poder alcanzar el objetivo y, claro está, se generan y proyectan las expectativas correspondientes sobre el éxito que supone alcanzarlo y que la mujer se sienta satisfecha con su logro y cómo se la ha ayudado a conseguirlo. 

La base de las personas que nos rodean socialmente (amigos, familia, pareja...) es facilitar el bienestar de la mujer o, más bien, el concepto de bienestar que ellos proyectan sobre la mujer y su maternidad. Se preocupan por ello y, lógicamente, esta implicación tan intensa hace que no puedan permanecer a la distancia cercana necesaria para acompañar ya que, evidentemente, son parte activa implicada en la vivencia maternal y vital de la mujer junto a quien están. 

Es evidente pues que la maternidad no es acompañada realmente por todos los que nos rodean como lo es por nuestra Doula aunque puedan apoyarnos y ofrecernos un espacio más o menos puntual, ya que cada uno tiene sus implicaciones, funciones y espacio, siempre que queramos darles a cada uno ese espacio y hasta donde se lo queramos dar. 

Las Doulas en su formación aprenden su espacio, su forma de estar, lo que supone estar por y para la maternidad como Doula y nada más que como Doula. Aprenden a identificar cuando exceden esa linea para recolocarse en su espacio y volver a ser la Doula que son o bien abandonar ese acompañamiento en favor, si la mujer lo desea, de otra compañera que sí pueda estar en el lugar de la Doula. 
Las Doulas en su formación y en su trabajo diario ejercen reflexión, autocrítica, actualización constante, revisión de su estar y de su sentir respecto a cada acompañamiento. Porque las Doulas no tienen más objetivo que ese estar, ese ofrecer espacio a la maternidad para que sea la que deba ser, la que fluya... 
Las Doulas son las profesionales que acompañan emocionalmente la maternidad, tal y como otros profesionales o personas del entorno tienen otras funciones. 

Cada profesional o persona que nos rodea tiene un espacio, y todos pueden estar en armonía si comprenden este hecho y respetan a los demás... y si nosotras, las mujeres, las madres, decidimos que estén presentes en nuestra maternidad. 
Sólo reconociendo el espacio y funciones de cada uno de los profesionales y respetándolos podremos trabajar en equipo y armonía y aprender unos de otros. Y sólo de este modo podremos vivir desde el respeto real a las decisiones de las mujeres y, por tanto, desde el respeto verdadero a su ser. 


Bea Fernández
Doula en todas las etapas de la maternidad,
especializada en Duelo y nuevos caminos maternales.
serdoulasmadrid@gmail.com



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