jueves, 12 de junio de 2014

ALIMENTACIÓN DESPUÉS DE LA LACTANCIA: ¿CÓMO?


Una de las principales preocupaciones de unos padres es la alimentación de sus hijos.
El patrón en este sentido ha ido evolucionando desde una imagen de salud que quedaba reflejada por un niño rollizo a una diferente pero que parece que no tenemos muy clara.

Tampoco parece que tengamos demasiado claro lo que supone una alimentación sana para nuestros hijos, qué supone realmente una alimentación adecuada, ni en qué aspectos y hasta qué punto puede afectar lo que comen, cuándo y cómo lo comen a él y a toda la familia.

Lejos de acercarnos a recetas o pautas habituales, nos gustaría dar una visión más global del tema y acercarnos más a cuestiones que parecen no tenerse en cuenta. Para ello hoy hablamos con Mayte F. Lurbe, Farmaceútica, gerente del proyecto Farma Eco Lógica, Asesora de Lactancia y Madre de dos niñas y un niño, los mejores maestros.

 

 

- Mayte, la realidad es que muchas madres y familias nos volvemos un poco locas con el tema de la alimentación. Encontramos distintas formas de interpretar cosas que dábamos ya por buenas como, por ejemplo, la pirámide alimenticia. Y son ahora puestas en cuestión e incluso claramente tergiversadas. ¿Qué podemos considerar realmente una alimentación sana para nuestros pequeños una vez que la lactancia deja de ser su sustento principal?

Podemos considerar una alimentación sana para nuestros hijos, una vez que dejan de ser considerados lactantes (24 meses de edad), el mismo tipo de alimentación que es la adecuada para los adultos. Este tipo de alimentación consiste en una serie de recomendaciones básicas: aumentar el consumo de frutas y verduras a 5 raciones al día, los cereales, en cualquiera de sus variantes, que sean integrales los lácteos mejor semidesnatados o desnatados, y preferiblemente no azucarados no abusar de las proteínas consumir legumbres, frutos secos y semillas utilizar aceite de oliva mucho cuidado con la sal y el azúcar Siguiendo estas recomendaciones, ya estamos manteniendo una alimentación sana.


- Parece que durante la primera etapa de nuestros hijos tenemos mucho cuidado con los alimentos que ingieren, con cómo los ingieren y en qué cantidad. Pero desde que pasan a una alimentación “adulta” parece que todo vale. ¿Es cierto ese “todo vale”? ¿En qué puede influir en su desarrollo o alimentación posterior este “todo vale”?

Pues el “todo vale” no es cierto. Se debe continuar vigilando la alimentación de nuestros hijos, dejar de hacerlo conlleva dejar de preocuparnos por su salud actual y futura.
Un niño con antecedentes familiares de enfermedades como hipercolesterolemia o diabetes, corre el riesgo de desarrollar estas enfermedades a edad mucho más temprana si descuidamos su alimentación. Y aunque no existan antecedentes familiares, estamos observando casos de este tipo de enfermedades en edades cada vez más tempranas, y todo debido al tipo de alimentación.


- Comer es también un acto social, familiar, reflejando partes de nosotros de forma clara. ¿Es realmente importante cómo vivimos y nos comunicamos a la hora de comer con nuestros hijos? ¿Puede afectar esto en el resultado de ese momento? Por ejemplo, ¿puede influir el ambiente a la hora de las comidas en que el niño coma más o menos o acepte mejor o peor determinados alimentos?
Desde luego que el ambiente influye en la relación que desarrolle el niño con la comida. Las emociones que experimenta un niño mientras le estamos enseñando a comer son muy importantes.
El pequeño debe observar el momento de la comida como algo tranquilo, relajado y harmonioso, un momento que también invita a la comunicación entre los comensales. De este modo, la relación que el niño establezca con la comida, será una relación sin conflictos. Si el pequeño ve que en casa todos comemos frutas y verduras, pescado, y toda clase de alimentos saludables, él mismo los aceptará mucho mejor.


- En muchas familias se vive la constante preocupación del “niño que no come”. Ante ello, la industria ha respondido creando un “suplemento” o “complemento” que deje tranquilas a las madres y familias. Pero, ¿es esta una solución o un mero parche? ¿Supone para las familias el disponer de ello dejar de buscar soluciones a la situación en general?
En primer lugar hay que averiguar qué entiende la familia por “niño que no come”. Muchas veces el niño sí come, lo que ocurre es que no come las cantidades que se le exigen, o la relación con la comida es conflictiva, con lo que hay que buscar el origen del problema. Más allá de eso, estos complementos nutricionales son un parche para salir del paso y no profundizar más en el problema. A lo largo de mi experiencia tras el mostrador de la oficina de farmacia, me he encontrado muy pocos niños “que no comen”.


- Ante este tipo de preocupaciones lógicas de las madres y familias respecto a la alimentación de los más pequeños, ¿responden los organismos oficiales con la claridad y contundencia que deberían o dejan en manos de las industrias alimentarias la visibilidad en esta cuestión?
Las autoridades competentes sí que ponen en marcha campañas para fomentar los buenos hábitos alimenticios. El problema es que la industria ostenta un gran poder económico, y las campañas de márketing de algunas compañías son muy agresivas, por lo que resulta difícil luchar contra eso.


- Toda la vida hemos escuchado que los niños han de comer todo lo que se les pone y comer de todo lo que se les pone. Y la gran pregunta es: ¿es realmente necesario que coman todo lo que les ponemos siempre? ¿Es realmente necesario que coman todos los alimentos aunque no sean de su gusto?
La mayoría de los adultos comemos las cantidades que nos apetecen, de los alimentos que nos apetecen. ¿Por qué un niño va ha hacer algo distinto? Considero que los niños deben comer las cantidades que les apetezca, y los alimentos que prefieran.
El problema, en este sentido, lo veo más en qué tipo de alimentos se les ha ofrecido desde un principio, y a qué tipo de alimentos tienen acceso. Esto es más fácil de controlar en casa, pues con no comprar esos alimentos que no nos gusta que consuman, asunto arreglado. En la calle, cuando ya no estamos presentes, la cosa es más complicada. Considero que el acceso a todo este tipo de alimentos innecesarios debería ser mucho más difícil, pero la industria es la que juega en este campo.


 
 
Puedes encontrar a Mayte F. Lurbe en...
 mayte@farmaecologica.com

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