Algunos expertos definen de este modo la Imprimación
Cerebral: “Una vez que tenemos un
pensamiento consciente en el neocórtex, se enciende un pensamiento/recuerdo
asociativo/recuerdo implícito inconsciente en respuesta a nuestro entorno, y
nos hace pensar lo correspondiente a este estímulo. Este proceso suele llamarse
imprimación: tenemos una respuesta inconsciente ante una fuente externa que nos
hace pensar y actuar de manera determinada, sin siquiera ser conscientes de por
qué lo hacemos.” (extraído de www.psicologosclínicos.com)
Quizás nos podemos preguntar qué tiene este proceso neuronal
con la maternidad y, más concretamente, con el parto.
Creo firmemente que no solemos ser muy conscientes de los
mensajes que transmitimos en aquello que decimos y cómo lo decimos, de la
importancia que a corto, medio o largo plazo puede tener lo que decimos (o más
bien la sensación que provocamos al transmitir el mensaje) en el receptor de
esa comunicación.
Un claro ejemplo es cómo nos expresamos y qué mostramos
respecto al parto, al nacimiento…
Imagen de la serie Friends |
Si damos un repaso a las representaciones que del parto se
hacen en los medios de masas (audiovisuales
principalmente, ya que es el medio
que llega en general a más público y que deja más “huella” en nuestro cerebro
por provocar un estímulo más directo en él) podemos comprobar con facilidad cómo
el parto está rodeado en esa imagen generalmente transmitida de prisas,
urgencia, sensación de riesgo, auténtico peligro incluso, sangre a raudales,
necesidad de que alguien lo controle para que la mujer pueda parir y el bebé
nacer, separación entre mamá y bebé, necesidad de recibir instrucciones por
parte de la madre para el parto, y muchas otras cuestiones que no se ajustan a
la realidad de un proceso fisiológico como es el parto y el nacimiento.
Si bien es cierto que en el parto y nacimiento pueden surgir
complicaciones en algunas ocasiones que requieran intervención real y que son
uno de los acontecimientos vitales más críticos e intensos en la vida de madre
y bebé e implica una entrega total (física, psicológica y emocional) de la
madre para ayudar a su bebé a salir a sus brazos y del bebé para hacerlo, ello
no implica en absoluto que este hecho sea peligroso por definición. Y menos aún
en una mujer con una atención
sociosanitaria y una higiene y alimentación adecuadas a sus necesidades y con
un óptimo estado de salud reinante en ella y en su bebé.
Por tanto, es una irrealidad lo que se transmite
generalmente sobre el parto y nacimiento. Pero es una irrealidad que cala, crea
asociaciones en nuestro cerebro, respuestas condicionadas a esas asociaciones y
a esas emociones que nos provoca.
Porque el gran problema no es que se transmita una ficción
sobre el nacimiento y parto, que muchas veces es necesaria para la integración
de una historia que se quiere reflejar, sino el hecho de que esa es la imagen
normalizada, la que de modo habitual se presenta y que genera en el cerebro de
quienes la recibimos de forma cotidiana una aceptación de ella como patrón
normalizado de parto y, lógicamente, crea en quienes integramos ese patrón una
reacción de temor, de urgencia, de peligro inminente hacia el parto y
nacimiento tanto para madre como para bebé. Y, ante esa reacción de temor, una
respuesta de intranquilidad, falta de confianza en el proceso y sensación de
que no podemos conseguir nuestro parto sano y nacimiento de nuestro bebé sano
por nosotras mismas, de que será algo que nos hará desear no habernos quedado
embarazadas, de que será un dolor insoportable y la mayor situación de riesgo
que vivamos. Y de este modo es realmente vivir un parto con plenitud y en libertad,
pues el miedo es un enorme condicionante que se cultiva
Parto de Carol, rodado por FLEX en 2009 |
Es fundamental alejar la imagen generalizada del parto relacionada
absolutamente con la medicalización, la intervención, el control férreo, la
instrucción y todas esas cuestiones que dificultan la visión y vivencia del
mismo como lo que es: un proceso fisiológico que llega en una etapa vital de la
mujer y que significa la llegada de un nuevo ser al mundo y de una nueva madre
al mundo.
Por las madres, por los bebés y por la sociedad en general,
miremos más allá.
Bea Fdez.
Doula en todas las etapas maternales,
Especializada en Duelo y Nuevos Caminos Maternales
serdoulasmadrid@gmail.com
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