Es evidente que el ser humano tiende a querer controlar lo que le rodea. Hay religiones (la mayoría) que le otorgan al hombre como especie el “poder”, la “supremacía” sobre el resto de los seres vivos del planeta. Que le otorgan el derecho y casi el deber de controlarlos y someterlos a ellos y al entorno en el que cohabitan con el ser humano.
Y la especie humana (obediente y cumplidora donde las haya) se ha tomado en serio este cometido. Esta misión divina que se le ha encomendado se ha convertido casi en la motivación de su existencia sean o no creyentes de cualquiera de las religiones que existen en nuestro planeta.
Así hemos tratado de controlar los elementos, la naturaleza, los animales… Manipulando, cambiando lo que no nos gustaba y haciéndolo a nuestra medida con las herramientas que teníamos a nuestro alcance. Desde la religión o la ciencia. Con objetivos más o menos relacionados con nuestro bienestar. Y llegando al punto de crear nuevas razas o especies en nuestro particular teatro en el que parecemos desear el papel protagonista, el del Dios que todo lo puede.
Y la especie humana (obediente y cumplidora donde las haya) se ha tomado en serio este cometido. Esta misión divina que se le ha encomendado se ha convertido casi en la motivación de su existencia sean o no creyentes de cualquiera de las religiones que existen en nuestro planeta.
Así hemos tratado de controlar los elementos, la naturaleza, los animales… Manipulando, cambiando lo que no nos gustaba y haciéndolo a nuestra medida con las herramientas que teníamos a nuestro alcance. Desde la religión o la ciencia. Con objetivos más o menos relacionados con nuestro bienestar. Y llegando al punto de crear nuevas razas o especies en nuestro particular teatro en el que parecemos desear el papel protagonista, el del Dios que todo lo puede.
Vida y muerte bajo control
Desde el embarazo hasta el mismo momento del parto se intenta controlar cada segundo con o sin necesidad de ello. Pero si hay un momento que ha sido manipulado, sometido a todo tipo de cuestionamientos en su esencia y manejado a antojo es el nacimiento.
Las pruebas médicas en el nacimiento
Es evidente que el nacimiento es el trauma por excelencia de la especie humana, el primer choque emocional que vivimos y que se mantiene en el subconsciente de cada uno de nosotros. Su fisiología así lo marca y lo hace por un motivo. En realidad por muchos motivos, casi todos relacionados con nuestra biología y supervivencia como especie. Pero, en nuestro afán por cambiarlo, ¿hemos ayudado a mejorar lo que creíamos que estaba mal o hemos empeorado la situación?
Muchas de las pruebas a las que se somete a un recién nacido sano son cosas impensables para un humano adulto. Nadie en su sano juicio se sometería a semejantes pruebas sin un motivo válido y justificado y, por supuesto, tampoco sin una seguridad en las personas que les somenten a las pruebas (sustentada en una relación profesional, personal o en la confianza depositada en la formación del profesional en cuestión) Sin embargo, nuestros bebés son muchas veces explorados, despojados de su capa protectora y de su olor incluso nada más nacer mientras permanecen alejados de la única persona que les puede aportar seguridad, de la única persona que biológicamente es imprescindible para su supervivencia.
Muchas de las pruebas a las que se somete a un recién nacido sano son cosas impensables para un humano adulto. Nadie en su sano juicio se sometería a semejantes pruebas sin un motivo válido y justificado y, por supuesto, tampoco sin una seguridad en las personas que les somenten a las pruebas (sustentada en una relación profesional, personal o en la confianza depositada en la formación del profesional en cuestión) Sin embargo, nuestros bebés son muchas veces explorados, despojados de su capa protectora y de su olor incluso nada más nacer mientras permanecen alejados de la única persona que les puede aportar seguridad, de la única persona que biológicamente es imprescindible para su supervivencia.
Llegar al mundo
La respuesta es sí. Cada día hay más profesionales que deciden recibir de otro modo a los bebés, dar importancia al modo de nacer de los pequeños y a cómo discurre su encuentro con el mundo exterior en el que, al fin y al cabo, pasarán su vida. Cada día hay más profesionales que luchan porque no se rompa el momento del nacimiento con prisas, protocolos y temporizaciones. Más profesionales que trabajan para que madre y bebé permanezcan en todo momento como deben estar, como la naturaleza les ha preparado para estar: juntos, en contacto permanente para que el bebé pueda desarrollarse adecuadamente con las herramientas que tiene dentro de él yde su madre.
Así profesionales, asociaciones y entidades públicas y privadas de todo el mundo levantan la voz por aquellos que no saben hablar aún para pedir nacimientos más respetuosos, más dignos, más humanos.
Dia mundial de los Derechos del Nacimiento
A través del documental de Nils Bergman “Restaurando el paradigma original”, y gracias a la convocatoria coordinada por la Plataforma Pro Derechos del Nacimiento y El parto es Nuestro con la colaboración de diversas asociaciones y entidades, sabremos más sobre la necesidad del contacto mamá-bebé y la importancia del método madre canguro.
En este enlace tendréis próximamente el folleto con todos los lugares donde nos reuniremos para disfrutar y charlas sobre este maravilloso trabajo del Dr. Nils Bergman.
Porque ellos lo necesitan, porque ellos lo merecen, por un nacimiento digno para todos los niños.
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