domingo, 3 de febrero de 2013

El año del fin del mundo… ¿el año del cambio?

 

Dicen los Mayas que este será el año en el que el mundo como lo conocemos terminará. Y, pensándolo bien, quizás no sea un mal presagio siempre que no se trate de extinción y catástrofe, sino de cambio. Porque el cambio es esperanza, el cambio es ilusión, el cambio es una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor y disfrutar en el camino.
Muchas cosas nos gustaría que cambiaran seguramente. Muchas noticias que hemos visto y vivido esta año nos gustaría que no se repitieran y otras muchas nos gustaría que aparecieran para luego convertirse rápidamente en algo que no sea digno de mención porque entre en la cotidianidad.

Recuerdo algunas cosas ahora mismo que no querría volver a ver en los noticiarios y que están relacionadas con la maternidad y las decisiones de las mujeres y familias. Por ejemplo, no me gustaría volver a ver una noticia como la que protagonizaron Habiba y su pequeña, ante la cual reaccionó una parte importante de la sociedad, los profesionales relacionados con la maternidad y los medios.

Tampoco me gustaría volver a ver cómo un colectivo profesional no es capaz siquiera de sentarse a hablar con una parte importante de la sociedad y de profesionales vinculados con la maternidad que se han sentido ofendidos por unas viñetas publicadas.

Ni me gustaría ver cómo las mujeres y familias han de luchar por un derecho que ya es suyo: el derecho a vivir el parto de sus pequeños como deseen, teniendo que entregar documentos por escrito con peticiones expresas, teniendo que vivir en ocasiones situaciones estresantes durante el seguimiento del embarazo o incluso en el propio parto o posparto, teniendo que irse a muchos kilómetros de su casa para que su pequeño tenga la llegada que desean para él o ella, teniendo que hacer un desembolso que sacado del presupuesto familiar es enorme y que para la Seguridad Social supondría menor coste que un parto “habitual” e incluso teniendo casi hacer un máster sobre derechos del paciente.

Tampoco me gustaría que una madre cuyos bebés no han llegado a sus brazos deba ser noticia para considerársela madre de esos pequeños. Pues lo es desde el mismo momento en el que en su interior se han gestado y lo será aunque hayan pasado muchos años desde su marcha.

O que sea noticia que las mujeres y las familias necesitamos apoyo emocional en muchos momentos de la maternidad y reconocimiento de nuestras necesidades. Dado que ese apoyo emocional siempre ha existido socialmente y ahora, en los últimos 50 años, es cuando lo hemos perdido junto a muchas otras cosas que han desaparecido con el cambio de nuestra sociedad.

Ni querría volver a ver como noticia la lactancia más allá de los 2 años de edad del pequeño (http://www.telecinco.es/informativos/reporteros/Mama-Quiero-teta_0_1488451971.html), pues es una decisión del niño y la mamá que ninguno de nosotros estamos capacitados o autorizados para cuestionar o entender siquiera y que, por lo tanto, simplemente hemos de respetar.

O que una persona que ha buscado información, ha experimentado y lleva muchos años trabajando en la maternidad como es Rosa Sorribas tenga que salir a explicar al mundo qué es el colecho, para defender el modo de vivir de muchas familias que lo practican y que son criticadas por ello.

Y otras muchas noticias no me gustaría ver, otras muchas cosas me gustaría que no llegaran a mis oídos o a mi vista porque simplemente no sucedan más. Porque el respeto impida que ocurran.

Y tal vez ese sea el único camino: el respeto. Tal vez la única noticia que debería salir una sola vez y luego convertirse en cotidiana es el respeto a los demás. A sus decisiones informadas, a sus opciones, sean o no las que nosotros tomaríamos. El respeto a las maternidades de las demás mujeres, a las paternidades de los demás hombres y a las estructuras de las demás familias, que ni siquiera hemos de comprender, sino solo respetar. Porque a veces, solo a veces, cuando las respetamos de verdad y comenzamos a reflexionar sobre ellas nos damos cuenta de que no son tan distintas de las nuestras. De que todos buscamos lo mismo: ser felices como familia, encajar nuestras piezas y que nuestros hijos estén sanos y felices.

Feliz año del cambio… ¿os sumáis a él?

Beatriz Fernández
Doula en todas las etapas de la maternidad, especializada en duelo.
A Coruña y Madrid.
Correo electrónico: serdoula@gmail.com
Telf: 600218964
http://serdoulas.blogspot.com/

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